''Las derrotas son las nuestras, las de los adultos''

 

El cineasta francés Jean-Gabriel Périot es conocido sobre todo por su trabajo con el material de archivo en películas que reflexionan sobre el papel de la violencia en la historia del siglo XX y la construcción de discursos hegemónicos al respecto, como Eût-elle été criminelle (2006), Nijuman no borei (2007) o Une jeunesse allemande (2015), aunque también ha firmado largos de ficción como Lumieres d’été. Como habitual del circuito de festivales, L'Alternativa de Barcelona le dedicó una retrospectiva el pasado mes de noviembre. Ahora se estrena su nuevo film, Nuestras derrotas, que fue presentado en el pasado Festival de San Sebastián y que traza vínculos y al mismo tiempo se distancia desde la no ficción de su práctica habitual con el found footage.

 

¿Cómo surgió este proyecto?

Es una película diferente, que procede de una invitación que acepté sin dudar, pues se trataba de actuar como realizador, pero también, casi, como profesor, y de acabar haciendo el film que los alumnos quisieran. Y debíamos ser conscientes de que la película resultante tenía que ser algo inesperado, que nos cogiera a todos por sorpresa.

 

¿Es un film sobre la posibilidad del compromiso político en los tiempos actuales?
Bueno, eso apareció finalmente casi por azar, en la última parte del film. Se trataba de aprender la diferencia entre discurso y acción, y ahí surgió un problema. A mí me interesa la Historia en general, pero lo que para mí eran imágenes contemporáneas, para los chicos era historia antigua. Y en ese intercambio mutuo llegamos poco a poco a un cierto enfoque de lo que puede considerarse 'cine militante'. En el proceso, acumularon una serie de energías que finalmente estallaron. Por otra parte, no me interesa hacer cine político o militante tal como se entiende habitualmente. Intento ser modesto y para mí lo más militante es compartir situaciones e ideas. Nuestras derrotas me ha permitido hacer presen­taciones en escuelas, que no tienen el mismo ambiente que los festivales. El objetivo es encender el debate político.

 

¿Cómo se planteó la puesta en escena y el montaje?

La puesta en escena, más que plantearla, apareció poco a poco. Dependía mucho de la palabra, y también de las ideas que se intentaban expresar en palabras. La película, en el fondo, no consiste en otra cosa que en una serie de personas que nos cuentan sus experiencias. Hicimos las entrevistas con inusitada rapidez, dejando muchas cosas en manos del azar. Y montamos atendiendo también a la palabra. En muchas ocasiones me quedaba perturbado por las respuestas, pero también me interesaban mucho los silencios, los ritmos, el tiempo entre una cosa y otra. Hicimos un primer montaje y se lo mostramos a los estudiantes. Y a tenor de sus impresiones, cambiamos algunas cosas, poco a poco, primero porque lo último que quería es que se sintieran incómodos con el resultado y, después, porque algunos de los primeros intentos quedaron demasiado deprimentes.

 

¿Qué diferencias ve entre relato y registro de lo real?

No me gusta diferenciar entre documental y ficción. No acaba siendo lo mismo, claro, pero cuando hago un 'documental' también hay un trabajo formal, también hay protagonistas, también hay ensayos ... Y cuando hago 'ficción', me gusta internarme en los elementos documentales de la historia, en lo que me aportan los actores, etc. La única diferencia podría ser que el documental expresa cuestiones directas y la ficción parte de los pensamientos del cineasta, persigue fundamentalmente que se oiga su voz, mientras que en el documental esa voz aparece mezclada con otras.

 

¿Le interesa la relación entre los jóvenes y la política?

Ya la trató, por ejemplo, en Une jeunesse allemande… Me interesan mucho los modos de politización de la juventud, y cómo eso tiene que ver con los ambientes culturales de los que proceden, si eso puede llevarles o no más hacia opciones de izquierda o... Con Nuestras derrotas intenté continuar un poco el camino de Une jeunesse allemande, aunque finalmente me he decantado por reflejar lo más elemental: los gestos, las risas, el movimiento, los cuerpos... en esos jóvenes que están en pleno proceso de cambio. El título viene de todo eso: las derrotas son las nuestras, las de los adultos. Somos responsables de todo esto porque no hemos sabido aprender demasiado de ello. En cambio, los jóvenes, curiosamente gracias contradicciones, puede que construir el resurgimiento de algo que de verdad tenga que ver con la política.

 

Euialia Iglesias y Carlos Lossila
Caiman
Julio2020